viernes, 1 de julio de 2011

Adolescencia en Málaga




Menos mal que la conjuntivitis vírica que tenemos Estrella y yo, no se transmite a través de internet; de esta manera puedo seguir con mis relatos sin miedo a contagiar a nadie.



Mañana Alberto y Juan se van a Vitoria a intentar mejorar sus respectivas marcas personales en 1500 y por la forma en la que están, es probable que lo consigan.



Regresamos al pasado y nos encontramos en el barrio de Huelin, a cinco minutos de la playa, en un nuevo colegio y con nuevos vecinos; debo tener siete años y los niños seguíamos pensando sólo en fútbol y jugando al escondite, al rescate, al pincho, al trompo; ya había dejado atrás mis anteriores ideas de lo que quería ser de mayor ( cantante, torero o cura ), pues cantaba muy mal, me daba miedo hasta las cabras y ya sabía que el celibato no iba a ser lo mío, por lo que ahora yo quería ser futbolista o ciclista. Debía ser el año 1971 cuando nos fuímos a vivir durante un año a Vélez-Málaga, pueblo distante unos 35 km. de la capital y en el que cursé 3º de bachillerato; en este año no recuerdo muy bien a que deporte me dediqué, lo que si tengo claro es que estábamos siempre detrás de las chicas y es que entre los 13 y 14 años se pensabamás con las hormonas que con las neuronas. Al año siguiente volvimos a Málaga y allí empecé 4º de bachillarato en el Instituto masculino Nuestra Señora de la Victoria, que se encontraba bastante lejos de casa pero si cerca del estadio de fútbol del C.D. Málaga, por lo que en muchos recreos del curso nos íbamos a ver los entrenamientos de mi equipo de toda la vida.




En esta zona donde hay tantos coches jugábamos al fútbol; justo debajo de casa







De esta época, ya mucho más esponsable, ya voy dejando mi pasión por el fútbol y me voy pasando al ciclismo, al baloncesto y al Yudo; por fin mi padre se decidió a comprarme una bicicleta y la verdad es que viviendo en una ciudad con tanto tráfico no me extraña sus temores a que nos pudiera pasar algo; había un pequeño problema, había una bici pero para mi hermano Rafa y para mí ( mi hermano Rafa es un año mayor que yo y lo sigue siendo claro... y es el padre de mi sobrino Rafa, que este año empezó a preparar su debut en la media maratón pero sus compromisos con una oposición le hicieron postergarlo para una mejor ocasión) pero yo creo recordar que yo era quién estaba todo tiempo que tenía libre, que era bastante, encima de la bicicleta y la verdad es que hice muchos muchos km,s y no recuerdo ningún percance, ni caída, eso sí numerosos pinchazos, radios rotos,etc.



Con el yudo he estado relacionado desde entonces en varias épocas de mi vida y en diferentes gimnasios y ciudades de las que he vivido; la verdad es que ha sido un deporte que se me daba especialmete bien; me quedé en cinturón marrón porque para pasar al negro había que hacer un examen de Catas y a mi es parte no me gustaba especialmente, yo prefería los combates y la competición contra un adversario y no preparar una serie de técnicas para que unos jueces me examinaran y sólo recuerdo que un año lo estuve preparando un tiempo y me aburrí y lo dejé.



Seguimos en los años 1972-73 y el baloncesto era mi tercer deporte que practicaba a la vez que los otros dos; estaba en el equipo del instituto y se me daba bien mi faceta de alero defensivo, pues no era nada bueno como tirador y la verdad es que no me explicaba el porqué, pues de técnica iba bastante bien y era especialmente coordinado; al poco tiempo encontré la explicación y la verdad es que era fácil; durante la final del campeonato provincial que jugábamos en el campo de los Maristas estando espeando en el banquillo para hacer un cambio le pregunté a un compañero de cuánto íbamos perdiendo y el me contestó que el marcador estaba enfrente que si no le veía y yo extrañado le pregunté que dónde y el me señalaba el lugar y yo no veía ni números ni letreros, así descubrí que no veía tan bien como yo creía y eso también tenía una explicación, mi hermano y yo éramos miopes, bastante miopes y no lo sabíamos, como lo éramos los dos, pues tampoco nos dábamos cuenta de lo mal que veíamos; en cuanto fuímos al oculista nos pusieron gafas a los dos y hasta ahora....así descubrí que con gafas se veía la canasta y hasta el aro y que claro así ya se podían encestar la puñetera pelotita en el aro de los c......



Lo dejo que con esto de la conjuntivitis se me resecan los ojos y me toca echarme diferentes colirios y pomadas.





Casa cuartel donde viví en Vélez-Málaga

2 comentarios:

  1. 1) Bueno, la oposición, la oposición... Parte de la culpa también la tienen mis rodillas, que no aguantaron... jajaja... Aunque he de decir que la semana pasada corrí media horita y acabé bastante bien... :D

    2) Yo esa imagen la tengo asociada a una palabra: "CHIQUILINDONGUI". ¿Por qué? Mi cerebro, que es así...

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  2. buenisimo lo del baloncesto me he reido mucho leyéndolo =D

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